Ayer no fue un día normal. Quedamos para definir más personajes, pero ya con idea de quedarnos a cenar. Susana y Edu fueron bocetados en una mesita de bar al aire libre mientras tomábamos un refresco (no es por eso que se vean borrosos, hay otra explicación :-) Poco a poco, se fue juntando un grupo de gente entrañable, clientela y personal de la ya citada Sensei Comics:
Alberto, Ramón, Juan Manuel, Isra, Vicente, Nicolás y yo.
Isra nos narró su epopeya por los caminos cuaternarios del Ronquillo; una pasada, hasta con disparos. (¿Quien dijo que no existe la Andalucía profunda?)
Isra esculpe unos muñecos flipantes. Forma parte del equipo creativo de la tienda. A Vicente lo vi un rato antes dibujando unas criaturas que parecían capaces de saltar del papel. Escuchar a Alberto, un compendio de cultura histórica, narrando curiosidades de batallas, armas medievales... es un placer. Hubo disquisiciones "políticómicas" (de esto Nicolás sabe lo suyo) Y Ramón nos contó andanzas informáticas en los principios de Arraquis, que ya, al parecer, no es ni de lejos lo que era. También tuvimos un improvisado brainstorming sobre un nuevo juego de cartas que puede ser la caña... No hay un tipo aquí mencionado que no sea entrañable y tenga mucho que contar para compartir y echar unas risas... Y a la una de la mañana, sin luz, mi móvil sacó esta imagen.
Prometo mejorarla. Creo que hoy la atacará Juan Manuel con color.
Seguimos!
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