El Placer de Leer 2009 (I)

El Placer de Leer. Cazalla de la Sierra



La majestuosa Iglesia de la Consolación en Cazalla de la Sierra


Sencillamente, no me lo esperaba. ¡Cuántos lectores! ¡Y de tantas generaciones diferentes!

Y es que en Cazalla, además de haberse realizado una admirable labor de incitación y participación a la lectura con el Club Juvenil, contaron con otro grupo de lectura no tan juvenil.
En animada conversación estuvimos todos, adolescentes y menos adolescentes. Nos reímos, y hablamos de los personajes, de los referentes reales del Capitán Nadie y de El Regreso del Capitán Nadie; y francamente, fue mágico.
Se plantearon preguntas interesantísimas sobre las que charlamos animadamente. Algunas cuestiones giraron en torno a una curiosidad, y es que el entorno de Cazalla de la Sierra es un protagonista más en El Regreso del Capitán Nadie.
Pues al hilo de esto, permitidme destacar algo, porque a esta charla acudió una persona que me ha dejado un recuerdo imborrable: Trinidad; Trini para los amigos.
Trinidad, octogenaria con todo lo que eso conlleva, a muchísima honra, comentó algo en esta amistosa reunión literaria; algo que otros asistentes también conocían, aunque con no tantos detalles.
Dicen que la realidad supera a la ficción. Agarraos a algo.
Aparece en El Regreso del Capitán Nadie una gran casona de campo en las proximidades de Cazalla de la Sierra. Es en la novela propiedad de Armando Urbano, dueño de un imperio de propiedades y negocios muy variopinto. Por así decirlo, es el malvado millonario enemigo del Capitán Nadie; su particular Lex Luthor.
En el relato, Armando llega a disparar contra alguien desde el mirador de La Saetera (no quiero reventar la novela a quien esté por leerla) que es el nombre que inventé para esta mansión de ficción. Ni que decir tiene que la familia Urbano, es pura invención también.
Cuenta además Adela, la ficticia ama de llaves de la Saetera y personaje favorito de Trini, que la familia Urbano era muy cruel y déspota con los lugareños, llegando a castigar con extrema dureza a ladrones de fruta en tiempos difíciles.
Aquí llega:
Pues contó Trinidad que en las proximidades de Cazalla de la Sierra, una familia URBANO poseyó una finca con su gran casa (sigue existiendo al parecer y no quiero quedarme sin verla) La finca se llamaba o llama aún EL INQUISIDOR. (Yo no me atreví a poner un nombre tan evidentemente cruel a la mansión del malo, y mira por donde) Y la cosa no termina ahí.
Resulta que allá por los años setenta, al menos un miembro de la familia acostumbraba a disuadir a los ladrones de fruta A PERDIGONAZO LIMPIO desde las ventanas de la casa.
No sé si pueden hacerse una idea de la sensación que me produjo conocer tal coincidencia de datos y acontecimientos. No hay palabras para describirlo o son demasiadas y estoy seguro de que pueden hacerse una idea; por si acaso, “atónito y satisfactoriamente vuelto del revés”, pueden aproximarse.
Decir que los chavales. Alexis, Sara, Elías, Rubén… (creo que había tres Rubén ^_^) Eduardo, Javier, Antonio, Maricarmen, María, Anabel, Victoria, Pilar, Lorena, David, Sandra, Lidia… y perdón si me dejo a alguien, se portaron de maravilla.
Mi eterno agradecimiento al Club de Lectura Juvenil, A Monte, A Pepe, que tan maravillosamente ha incentivado a los chavales hacia la lectura (Pepe, quiero que sepas que tus palabras sobre mis novelas me dieron mucha energía para escribir más) a Cazalla de la Sierra, a la Diputación de Sevilla, y en especial, a Trini.

Besos y Abrazos para todos.

Pepe Carrasco.

P.D: Actualizaré el post con más fotos. Y pronto, más sobre El Placer de Leer 2009